El mester de juglaría: los cantares de gesta
Los cantares de gesta son poemas épicos medievales que relatan (poemas narrativos) las hazañas de un héroe representativo de un pueblo. Mantenían vivo el recuerdo de gestas heroicas y fortalecían en el pueblo sentimientos de patriotismo y religiosidad. Eran recitados por juglares, artistas ambulantes que difundían poemas y canciones en villas y cortes. Los cantares de gesta pertenecen al mester de juglaría ("mester" significa "oficio"), el estilo literario de los juglares; sin embargo, muchas de estas composiciones fueron escritas por hombres de letras, y no por juglares.
Los
juglares transmitían de forma oral los cantares de gesta, y lo
hacían ante un auditorio numeroso que los escuchaba, que con ellos
aprendía, se informaba o, simplemente, se divertía.
El Poema de Mio Cid
El Poema de Mio Cid es un cantar de gesta anónimo de finales del siglo XII o principios del XIII que relata las hazañas del caballero castellano Rodrigo Díaz de Vivar, conocido como "Mio Cid" o el Cid Campeador.
El Poema de Mio Cid está dividido en tres cantares, que configuran su estructura:
El Poema de Mio Cid es un cantar de gesta anónimo de finales del siglo XII o principios del XIII que relata las hazañas del caballero castellano Rodrigo Díaz de Vivar, conocido como "Mio Cid" o el Cid Campeador.
El Poema de Mio Cid está dividido en tres cantares, que configuran su estructura:
- Cantar del destierro
- Cantar de las bodas
- Cantar de la afrenta de Corpes
Los
temas principales del poema son la recuperación de la honra y el
ascenso social del Cid. El Cid pierde la honra en el destierro y en
la afrenta a sus hijas, pero la recupera con el perdón del rey y los
nuevos matrimonios de sus hijas. A lo largo del Poema, el Cid
adquiere riqueza y poder y finalmente se convierte en pariente de
reyes.
El Poema
consta de 3730 versos irregulares (entre 12 y 20 sílabas), agrupados
en tiradas monorrimas (una única rima) y divididos en hemistiquios,
separadas por una pausa o cesura.
En el
estilo del Poema destaca el realismo y la verosimilitud con que se
relatan las hazañas y la vida diaria del Cid. Se emplean además
fórmulas orales o frases hechas que usaban los juglares para recitar
el poema: apelaciones al público o epítetos épicos para elogiar a
los héroes.
El mester de clerecía
El mester de clerecía es un movimiento poético del siglo XIII creado por clérigos que escriben leyendas de tema religioso o histórico con la finalidad de educar al pueblo. Emplean el castellano, y no el latín, porque quieren llegar al público popular y transmitirle la cultura hasta entonces depositada en los monasterios.
El mester de clerecía es un movimiento poético del siglo XIII creado por clérigos que escriben leyendas de tema religioso o histórico con la finalidad de educar al pueblo. Emplean el castellano, y no el latín, porque quieren llegar al público popular y transmitirle la cultura hasta entonces depositada en los monasterios.
Los
monjes, en los monasterios, ejercían una intensa labor cultural con
la traducción y copia de los manuscritos. Esta labor se llevaba a
cabo en el scriptorium.
Las
características principales del mester de clerecía son:
- Temas religiosos: sus poemas tratan sobre vidas de santos, milagros de la virgen o vidas ejemplares de grandes hombres.
- Finalidad educativa o didáctica: su lema es "divertir y enseñar" (docere et delectare): no sólo entretener, como hacían los juglares, sino promover la fe del pueblo.
- Escriben sus poemas en una estrofa llamada cuaderna vía, formada por cuatro versos alejandrinos (de 14 sílabas) monorrimos (con la misma rima)
El mester
de clerecía del siglo XIII comprende las obras de Gonzalo de Berceo
(sus Vidas de santos y Milagros de Nuestra Señora) y
varios poemas anónimos. En el siglo XIV la obra cumbre es el Libro
de Buen Amor, del Arcipreste de Hita.
El
Arcipreste de Hita
Juan Ruiz,
Arcipreste de Hita, escribió hacia 1330 el Libro de Buen Amor,
obra maestra del mester de clerecía del siglo XIV, que reúne un
conjunto variado de narraciones y advertencias en torno a dos ideas:
el "buen amor" (amor honesto y religioso) y el "loco
amor" (amor mundano y carnal).
El Libro de Buen Amor
El argumento central del Libro de Buen Amor lo configuran una serie de episodios amorosos en forma autobiográfica en que el protagonista (a veces, el propio Arcipreste) busca el "loco amor", pero siempre fracasa. Para conseguirlo, requiere la ayuda de una vieja alcahueta, Trotaconventos, antecedente de la Celestina de Fernando de Rojas.
En torno a estos episodios amorosos aparecen diversas composiciones complementarias (fábulas, poemas religiosos y juglarescos, críticas al dinero o a las costumbres de los monjes, cánticas de serrana, etc.), formando así una muestra de géneros literarios medievales en que se funde lo culto y lo popular, lo religioso y lo profano.
El argumento central del Libro de Buen Amor lo configuran una serie de episodios amorosos en forma autobiográfica en que el protagonista (a veces, el propio Arcipreste) busca el "loco amor", pero siempre fracasa. Para conseguirlo, requiere la ayuda de una vieja alcahueta, Trotaconventos, antecedente de la Celestina de Fernando de Rojas.
En torno a estos episodios amorosos aparecen diversas composiciones complementarias (fábulas, poemas religiosos y juglarescos, críticas al dinero o a las costumbres de los monjes, cánticas de serrana, etc.), formando así una muestra de géneros literarios medievales en que se funde lo culto y lo popular, lo religioso y lo profano.
Junto a su
intención educativa, las composiciones del Libro reflejan el
humor, la ironía, el apego a los placeres de la vida que determinan
el carácter del Arcipreste.
Todos los
variados materiales del Libro (historias de amor, fábulas,
poemas...) están subordinados a la intención de mostrar los
peligros del loco amor: se presentan ejemplos de conducta inmoral
para aleccionar sobre lo que no debe hacer quien aspire al amor
verdadero, el amor de Dios.
CUADRO
COMPARATIVO: MESTER DE JUGLARÍA VS MESTER DE CLERECÍA
MESTER
DE JUGLARÍA
|
MESTER
DE CLERECÍA
|
||
Tema
|
Religioso
Ejemplar
|
Tema
|
Guerrero
Militar
|
Finalidad
|
Moralizadora
Educativa
|
Finalidad
|
Entrenamiento
Espíritu
guerrero
|
Versificación
|
Verso
alejandrino
Rima
consonante o asonante
|
Versificación
|
Verso
irregular
Rima
asonante
|
La lírica
culta: la poesía trovadoresca
Las cortes
eran castillos o palacios donde se reunían el rey, la nobleza y las
autoridades eclesiásticas. A partir de los siglos XII y XIII
proliferan las cortes en distintas regiones europeas. Las cortes
acogían actividades culturales para los caballeros y las damas de la
nobleza: música, poesía, leyendas caballerescas y otras diversiones
cortesanas. Su período de esplendor transcurrió desde el siglo XII
hasta fines del siglo XV. En las cortes nacen los denominados géneros
de la literatura cortesana: la poesía trovadoresca y la novela
artúrica.
Los
trovadores eran poetas profesionales, a los que acogía una corte y
les proporcionaba alojamiento y comida y, muchas veces, vestidos y
joyas. A cambio, el trovador debía alabar la belleza de la esposa
del señor de la corte o de otras damas mediante unos poemas llamados
"canciones" (cançó), que estaban pensados para ser
recitados con acompañamiento musical.
Las
canciones de los trovadores describen la belleza de las damas de la
corte y expresan el amor y la obediencia del poeta hacia una dama, a
veces casada, de la que se ha enamorado. Se trata, por tanto, de un
amor imposible y platónico. Los sentimientos expresados por los
trovadores pueden ser ficticios (poemas realizados por encargo de los
miembros de una corte, especialmente de las damas), o también pueden
ser reales.
La poesía
trovadoresca se propagó desde Provenza hasta Cataluña (siglo XIII),
Italia (siglo XIV) y Castilla (siglo XV). La producción de los
poetas cortesanos españoles del siglo XV se recoge en Cancioneros
(Cancionero de Baena, Cancionero de Stúñiga y el Cancionero
General). Estos cancioneros recogen poesía popular, que se había
transmitido de modo oral durante siglos (canciones, villancicos,
cantigas de amigo), y también los poemas elaborados por los poetas
cultos del momento. Entre esos poetas hay que destacar tres grandes
figuras en la lírica culta castellana del siglo XV: el Marqués de
Santillana, Juan de Mena y, sobre todo, Jorge Manrique.
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